jueves, 16 de julio de 2015

2.000 AÑOS DE HISTORIA DE LA IGLESIA CATOLICA














En 2.000 años de historia de la Iglesia Católica, exhibe muchas aberraciones y atrocidades.

A saber:

Las Cruzadas, la "Santa" Inquisición, guerras santas donde murieron millones, el holocausto, fanatismo religioso, caza de brujas y sabios, quemados en hogueras.

Discriminación de la mujer, excomuniones, persecuciones religiosas, injusticias sociales e inequidades.

Cismas, atentados contra los judíos, asesinatos, conspiraciones, lavado de dinero (Banco Ambrosiano). Hay bastante historia al respecto, asesinaron al papa Juan Pablo I.

Pusieron en peligro la paz, los derechos de los pueblos y respeto por otras culturas, desmanes contra otras razas y etnias, contra los derechos fundamentales de las personas, de los pobres, los desvalidos, los nonatos, desprecio, actos hostiles, cómplices silencios y otros deslices como: antisemitismo, pedofilia y violaciones cometidas por el clero.

Juan Pablo II, Karol Wojtyla, pidió perdón por los pecados de la Iglesia en estos dos mil años de existencia. Que hicieron temblar los Cielos y el Infierno.

¿Representantes de Dios en la Tierra?

¿Por qué el Justo, Omnipotente, Sabio y Todopoderoso no puso fin a estos males, y ha permitido estas barbaridades?

Me queda razonable duda para creer que este Dios... ¡Es imposible que exista!

LA VIDA ES UN LIBRO














En el ocaso de la existencia el camino se va estrechando, viene un despertar, la búsqueda del pasado, un repaso a las vivencias.

Evocar, meditar, pensar, resumir lo vivido. Tratar de plasmar en unas cuartillas, lo que fluye de la memoria, porque ese manantial de recuerdos es nuestro yo, nuestra biografía del mundo interior y exterior que transitamos, un libro que contiene estudios y experiencias.

Es un camino sinuoso, de ripios y praderas, de encuentros y desencuentros, de amores y desamores nunca olvidados, de dulce y agraz. Un libro donde no hay censura, salvo que uno bloquee ciertos capítulos. Recuerdos que se modifican conforme pasan los años, pero no se reemplazan ni se intenta un nuevo cuento, porque ya existe. Hay que rescatar la memoria, para conocer y saber qué y quiénes somos. Lo que uno era, lo que hizo, la vida misma.

Cuando escribimos recreamos las vivencias, los recuerdos. Trasladamos de la mente al papel el pasado, ese mundo interior unido al mundo exterior, y lo transformamos en un libro, una narración producto de la realidad y la imaginería.

Es memoria, reminiscencias del tiempo ido, del episodio que nos tocó vivir, el tiempo, nuestro tiempo de los tiempos. Fuimos protagonistas de una epopeya que llamamos vida, partícipes de sus sueños y pesadillas. Lo real y la ficción, la existencia y los ambientes que la rodearon.

Es la suma de lo realizado y los sueños inconclusos, de amores inacabados, inolvidables, un resumen de hechos grabados en la memoria literaria. Uno es lo que es, en esencia corpórea y espiritual. La vida es matemática, temporal y cierta. Con un prólogo, argumento, desarrollo gradual, generacional y un epílogo.

Es la espera de la luz a un más allá insondable, misterioso, secreto, una dimensión desconocida, la cual conoceremos, si así fuere, cuando marchemos al jardín de los silencios.

Así es, ha sido y será la vida del individuo, en todos y cada uno de los tiempos cíclicos que le toque ver la luz. La vida es esfuerzo, libertad, verdad, alegría o tristeza, es la trama de sus diferentes episodios, hechos naturales y vivenciales de su paso por el mundo.

Irá tras la tierra o el mundo feliz, en pos de una riqueza que jamás encuentra, vivirá el amargo sabor de las miserias humanas, vaya si no lo sabré.

Buscará el amor real, utopía que lo marcará de por vida, que lo mantendrá intentando versos y poesías para ese amor que encontró, pasó por su vida y perdió, que estará presente mientras viva, se irá con el, y en su último aliento de vida pensará en ella y en ese beso que quedó enredado entre su mejilla y su cuello.

Es la vida, un tránsito plagado de historias, ires y devenires, que a todos nos marca con un sello individual e indivisible.