Miro la noche callada,
contemplo el firmamento,
siento el sonido del mar y
recibo la brisa en mi rostro.
¿Quién soy? ¿sólo un
minúsculo grano de arena?
¿Por qué y para qué vivo?
¡Solo Dios tiene la respuesta!
La única razón de vida del hombre,
grande o pequeño, rico o pobre,
sano o enfermo, es su unidad con Dios.
contemplo el firmamento,
siento el sonido del mar y
recibo la brisa en mi rostro.
¿Quién soy? ¿sólo un
minúsculo grano de arena?
¿Por qué y para qué vivo?
¡Solo Dios tiene la respuesta!
La única razón de vida del hombre,
grande o pequeño, rico o pobre,
sano o enfermo, es su unidad con Dios.
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