Me he pasado la vida
tras la búsqueda de tu belleza,
enigma que provoca sentimientos
de inútil esperanza.
En el horizonte del tiempo,
cubierto por un velo de bruma,
asoma tu rostro perfecto
bañado por la brisa nocturna.
Tu belleza me robó el aliento
y tus besos raptaron mi alma.
¡Qué daría yo para volver a besar
la tibieza de tus labios rojos!
Ver el destello de tus ojos moros
y escuchar la calidez de tu voz.
No es cierto que te necesite,
que no pueda vivir sin ti,
empero, continúas siendo lo que más
deseo, porque eres lo que más quiero.
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