
el universo para admirar
las luciérnagas del Cosmos,
donde yacen contenidas
nuestras promesas de amor.
Amor que conocimos en
encuentros prohibidos en
tardes de intensa entrega,
tu piel pegada a mi piel, con
mil te quiero y besos intensos,
ardientes, que quemaban
nuestros labios resecos,
sedientos de amor y placer.
Escribí un verso en tu piel,
con una rima sellé tus labios,
y tejí un poema en tu cuerpo
maduro de mujer enamorada.
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