Hoy he venido
por tu encanto exquisito,
igual que antes...
porque tu gracia necesito.
Recuerdo el lejano verano
que cubrí de pétalos la alcoba,
tomaste unos con tu mano
para ponerlo en tu caja caoba.
Rincón de placeres mundanos,
unos buenos, otros malos,
como mis versos eternos
prendidos en tus ojos claros.
Amor encendido en las sombras
a tu lado yacía tendido
el amante que más te ha querido,
cuando ardías bajo las penumbras.
He vuelto por tus ojos,
por los besos que aroman tu boca,
porque amo el palpitar de tu seno
y la gracia de tu risa loca.
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