Su imagen me provoca
nostalgia y melancolía,
su gracia, esa risa loca
que de su boca fluía.
Con ella no supe de pesares,
amor de azul claroscuro
que era un efluvio de placeres
de un secreto amor maduro.
Ya no siento la fragancia
de la que quise coronar reina,
silenciosa y sin luz la estancia
aún esconde caprichos de amor.
La luna su luz derrama
sobre la noche sombría,
es tan triste la pena mía,
su nombre mi alma clama.
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