he tenido obras injustas y buenas:
certeza, esperanza y fracaso,
nada debo, nada me deben, solo penas,
Al final del largo camino
solo me queda confesarteque quise tener algo contigo,
pero no lo quiso el destino.
Largas han sido las noches...
¡Mas jamás me diste una esperanza!
En la serena quietud del crepúsculo
se consume el alma de añoranza.
Mirando el límpido atardecer,
se sumerge la vida en la soledad
de un silencio ondulante, la verdad:
¡En las sombras perdura mi querer!
El cielo estrellado...
exprime los recuerdos, el universo
y la noche marcan el sendero...
dejo un cariño, un pétalo y un verso.
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