Es necesario recuperar la soledad,
los recuerdos, los lugares íntimos,
pensar con tranquila libertad
todo lo vivido, lo que conocimos.
Meditar todo lo ocurrido:
lo bueno, lo malos, ver la realidad,
hacer un mea culpa de lo vivido
sin dramatizar, con ecuanimidad.
El verdadero milagro de la vida
es que todo existe, hay que apreciar
los tiempos, respetarlos con sentida
admiración, como ha lugar.
Pienso en las calles transitadas
que son muchas, he hablado de ello
en tantos lugares, historias amadas,
y cada una tiene un sello.
Cuando medito en aquello
con sabia razón y mesura,
quisiera regresar al comienzo
de mi grandiosa aventura.
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