La vida enseña
que se necesitan dos para el amor,
razón por la que nos pasamos
la existencia tras su búsqueda.
Con febril y punzante
nostalgia, nos embarcamos
en pos del misterio del amor
por tanto tiempo esperado.
Hay sueños que hemos acariciado
durante muchos años,
esperanzas imposibles de olvidar
que marcan nuestras vidas.
Todos necesitamos de otra persona,
de un alma hermosa, de su ternura.
Porque, sin ella somos frágiles,
como hojas arrastradas por los vientos.
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