Nace en Valparaíso, Chile, el 10 de mayo de 1887, deja de existir en Santiago, el 19 de febrero de 1968. Escritor y cronista chileno. Sus obras, que son una mirada aguda y critica de las costumbres de las familias aristocráticas a las que él pertenecía, le hicieron merecedor de los galardones más destacados de Chile: Premio Nacional de Literatura 1943, y de Periodismo 1959.
Hijo de Joaquín Edwards Ossandón, y de Ana Luisa Bello Rozas, nieta de Andrés Bello. Estudió en The Mackay School y en el Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso. Para completar su educación, pensando en una carrera diplomática, su familia lo envía a Europa en 1904. Sin embargo, él no estuvo dispuesto a seguir una formación convencional como aquella.
Su vocación literaria despertó en sus años escolares. Así, el 17 de marzo de 1901, junto con Alberto Díaz Rojas y Cayetano Cruz Coke sacaron el primer número de la revista La Juventud, y al año siguiente, con Díaz Rojas y Guillermo Feliú Hurtado publicaron El Pololo, revista humorística que, según el propio Edwards Bello "producía pánico".
Su vocación literaria despertó en sus años escolares. Así, el 17 de marzo de 1901, junto con Alberto Díaz Rojas y Cayetano Cruz Coke sacaron el primer número de la revista La Juventud, y al año siguiente, con Díaz Rojas y Guillermo Feliú Hurtado publicaron El Pololo, revista humorística que, según el propio Edwards Bello "producía pánico".
En 1903 aparece en la revista Pluma y Lápiz la narración humorística La zapatilla homicida, primer relato que publica. Colabora con el diario La Mañana, en 1910 publica su primera novela El inútil, que lo marcó para siempre como rebelde y gran crítico y cuestionador de la realidad chilena.
Gran cronista, publica en El Mercurio y, desde 1918 y por espacio de 40 años en La Nación, diario donde a partir de 1928 tiene su propia sección: Los lunes de Joaquín Edwards Bello. Artículos sobre diferentes temas, que trata con un lenguaje directo, irónico y crítico. En 1926 había contraído matrimonio con la española Angela Dupuy Ruíz con quien tuvo dos hijos: Jesús Joaquín y Bernardo Santiago.
Tristán Tzara lo nombra presidente DADA en la Proclamación Universal de Presidentes en el Salón de los Independientes, en París. En 1954 fue elegido miembro de la Academia Chilena de la Lengua, donde ocupó el sillón N° 11.
Su producción literaria fue vastísima y muy variada, desde el naturalismo de sus primeras obras, pasando por la crítica impresionista de sus cuentos y crónicas, hasta sus aventuras vanguardistas en el París de entreguerras, entre ellas la publicación de Metamorfósis, libro de poemas de inspiración dadaísta y ultraísta, firmados con el seudónimo de Jacques Edwards.
Pero la constante en la obra de Edwards es su espíritu nacionalista, que se expresa en su publicación El nacionalismo continental de 1925, en la que explica la ascendencia e identidad común americana a partir de nuestra herencia hispana, y la visión sobre diversos temas de su tiempo a través de sus crónicas, alguna de las cuales fueron recogidas en Mitópolis por Alfonso Calderón.
Según Roberto Merino, editor de Crónicas de Edwards Bello, "él incomodó a muchos, y fue un crítico permanente de las costumbres nacionales, caprichoso, motivado por traumas personales y convicciones arbitrarias, pero siempre dueño de un estilo veloz que a veces chispeaba como una fusta. Políticamente inubicable entre el socialismo y un "nacismo" a la chilena, pero más inclinado a un conservantismo individualista".
Víctima de una larga hemiplegia aguda, el 19 de febrero se suicida, con un revolver Colt, Smith y Wesson, que le había regalado su padre poco antes de morir.
Jorge Edwards publica en 2005, El inútil de la familia, una vida novelada, y en gran medida ficticia, de su pariente Joaquín Edwards Bello.
Tristán Tzara lo nombra presidente DADA en la Proclamación Universal de Presidentes en el Salón de los Independientes, en París. En 1954 fue elegido miembro de la Academia Chilena de la Lengua, donde ocupó el sillón N° 11.
Su producción literaria fue vastísima y muy variada, desde el naturalismo de sus primeras obras, pasando por la crítica impresionista de sus cuentos y crónicas, hasta sus aventuras vanguardistas en el París de entreguerras, entre ellas la publicación de Metamorfósis, libro de poemas de inspiración dadaísta y ultraísta, firmados con el seudónimo de Jacques Edwards.
Pero la constante en la obra de Edwards es su espíritu nacionalista, que se expresa en su publicación El nacionalismo continental de 1925, en la que explica la ascendencia e identidad común americana a partir de nuestra herencia hispana, y la visión sobre diversos temas de su tiempo a través de sus crónicas, alguna de las cuales fueron recogidas en Mitópolis por Alfonso Calderón.
Según Roberto Merino, editor de Crónicas de Edwards Bello, "él incomodó a muchos, y fue un crítico permanente de las costumbres nacionales, caprichoso, motivado por traumas personales y convicciones arbitrarias, pero siempre dueño de un estilo veloz que a veces chispeaba como una fusta. Políticamente inubicable entre el socialismo y un "nacismo" a la chilena, pero más inclinado a un conservantismo individualista".
Víctima de una larga hemiplegia aguda, el 19 de febrero se suicida, con un revolver Colt, Smith y Wesson, que le había regalado su padre poco antes de morir.
Jorge Edwards publica en 2005, El inútil de la familia, una vida novelada, y en gran medida ficticia, de su pariente Joaquín Edwards Bello.
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