En el cielo brilla una estrella,
la noche descubre un cielo
luminoso, solemne silencio ...
que hace nacer el espíritu creador.
Surgen las musas inspiradoras
y las más variadas ideas poéticas,
la pasión enciende el alma madura
inyectando fuerza y vigor.
En el sueño eterno del silencio,
después de beber un vino generoso,
imagino su cuerpo de ébano
cubierto de miel y leche.
Con la misma intensidad
de esa lejana juventud,
deseo volver a libar su dulce elixir,
para embriagarme con su lujuria.
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