la ventana, vencen las sombras

en el lecho descansa una diosa.
Belleza profunda, dulce
juventud de alma apasionada,
el amor brota de sus ojos,
encandila con su encanto.
Un airecillo acaricia su rostro,
sus labios insinúan una sonrisa,
pura como agua de manantial,
mirada de mujer enamorada.
Beso su rostro moreno,
su piel arde de pasión,
seducción, amor al límite,
una entrega en cuerpo y alma.
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