jueves, 1 de diciembre de 2016

GEORG LICHTENBERG

                               Georg Christopf Lichtenberg                                          

Georg Lichtenberg nació el 1° de julio de 1742 en Oberamstadt pequeño pueblo alemán cercano a Darmstadt, y murió el 24 de febrero de 1799 debido a una grave pulmonía. Fue hijo decimoséptimo de Johann Conrad Lichtenberg y de Henrike Catharine Eckhard. Su padre cultivaba la literatura, música, física, astronomía y las matemáticas.

Era físicamente deforme, producto de un  raquitismo, un pequeño jorobado. Hizo sus estudios primarios en la escuela de la ciudad y los secundarios en el Pädagogium de Damstardt, donde recibió una educación clásica. Se interesa por la literatura, las ciencias naturales y diserta sobre filosofía y matemáticas, escribe alguna poesía.

Consigue una beca del Landgrave von Messen para hacer estudios universitarios. En 1763 se va de Darmstadt para estudiar en la Universidad Georgia-Augusta de Gotinga (1763-1767), estudia matemáticas, astronomía e historia natural. Escribe poesías y corrige pruebas de imprenta para ganar algún dinero. En 1770 emprende viaje a Inglaterra. A su regreso lo nombran profesor en Gotinga. Hace mediciones astronómicas de la ciudades de Hannover, Osnabrük y Stade.

En 1774 es nombrado miembro de la Sociedad Científica de Gotinga y profesor de física que ejerció hasta su muerte. Mantuvo correspondencia con Nicolai, Kant, Goethe y científicos alemanes y extranjeros. Tiene como modelos a Shakespeare, Spinoza, Rousseau y Mösser. Fue un libre pensador, critica el dogmatismo, la moda, la erudición, la reflexión enfermiza, el concepto del honor, la religión, la rutina. Se  consideraba ateo: "Agradezco al buen Dios mil veces el que me haya hecho ateo". En política critica el depotismo alemán, admira el sistema inglés y frente a la Revolución Francesa la apoya en un principio, pero luego se pone en contra de los jacobinos por el uso de la violencia.

Lo más importante de su obra son los Aforismos, máxima o sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte. El aforismo no se encierra en si mismo sino que exige del lector sus propias reflexiones. Presupone poner en duda los valores objetivos, un pensamiento no sujeto a sistemas y una libertad de espíritu. Lichtenberg se preocupa más por el contenido que por la forma. Su estilo es claro, directo y preciso. No está por adornos ni un tono didáctico. Sus aforismos exigen siempre un co-pensar por parte del lector.

Fue admirado por su agudeza, profundidad y universalidad de sus aforismos, entre personalidades como: Hebbel, Schopenhauer, Nietzche, Freud, Wagner, Tolstoi, Kästner, Tucholksy, Hermann Kesten, Breton y Einstein.


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