Demóstenes nació en Atenas, el año 384 A.C. y falleció en Calauria el año 322 A.C. Importante político ateniense, fue uno de los oradores más relevantes de la historia.
Pertenecía a una rica familia mercantil, recibiendo el desprecio de las familias aristócratas. Su padre tenía una fábrica de armas. A los siete años quedó huérfano, su padre le dejó una fortuna en fideicomiso, quedando al cuidado de sus tíos: Afobos y Demofón. Los tutores dilapidaron su fortuna, por error de gestión o mala intención, quedando en extrema pobreza.
Cuando era pequeño, Demóstenes tenía un defecto de elocución en el habla. Según Plutarco, durante el primer discurso público del joven Demóstenes, la audiencia se burlaba de su problema. Tenía problema en pronunciar la R, su extraño y correoso estilo, estaba plagado de largas frases con argumento formalista hasta un extremo duro y desagradable.
Para superar estas deficiencias Demóstenes llevó un estricto programa para mejorar su locución. Trabajó la dicción, su voz y sus gestos. Solía estudiar en un subterráneo que él mismo había construido. También solía hablar con piedras en la boca y recitar versos mientras corría. Para fortalecer su voz, hablaba en la orilla del mar por encima del sonido de las olas.
Según Longino, Demóstenes perfeccionó al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado y rápido. Sus dotes de oratoria constituyen la última expresión significativa de las proezas intelectuales atenienses, y permiten acceso a los detalles de la política y la cultura de la antigua Grecia durante el siglo IV A.C.
La fama de Demóstenes perduró a través de los siglos. Se interesó en los asuntos públicos, sus discursos versaban sobre el restablecimiento del espíritu público en Atenas y sobre la conservación de la cultura griega en un momento en que el modelo ciudad-estado se veía amenazado.
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