Salgo a caminar, a contemplar la vida y el ámbito que me rodea. Es Otoño, con esa belleza propia de la estación. La naturaleza se manifiesta con toda su inteligencia y esplendor. Un manto de hojas secas, oro carmesí, cubre prados y veredas, árboles tristes, con sus ramas semi desnudas completan el paisaje.
La gente deambula automatizada, raptada por la tecnología. Anónimos seres ensimismados, pendientes de una pantalla. Algunos van con auriculares, sin saber donde pisan ni donde caminan. Sufren serias caídas, otros tienen accidentes al cruzar la calle. ¡Cretinos! No se quejen si les roban sus celulares.
Nomofobia
El pan de cada día. Entes manejados como títeres, sin control, por un equipo al que muchos no le dan buen uso. La mente sumida en una nebulosa, inmersos en una oscuridad intelectual, en la sinrazón de las tinieblas. ¿Un sueño de vida? ¿Mundo feliz, parodiando lo escrito por George Orwell?
¡Qué desperdicio de vida! ... Vaya idiotez.
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