Densa neblina flota
sobre los confines de la bahía,
extraño ese mar plateado
bajo la luz de la luna.
Donde dibujé su silueta,
joya preciosa, que amé
y aún vive en un rincón
secreto del edén de mis sueños.
¡Ella era tan bonita!
Su pelo brillante acariciaba
la esbeltez de su cuello
suave, aroma de azahar.
No puedo borrar la historia,
permanece en el corazón
con sello de fuego en la memoria,
inalterable como lucero de la aurora.
En la fresca madrugada
renacen los recuerdos de un
amor envuelto en los sueños.
¡Ella era tan bonita!
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