los pensamientos lo impiden,
la existencia es un delirio
febril, un sombrío destino.
Ella escribe palabras bellas,
sencillas, de tibia ternura
que acarician el corazón.
Tan solo es música de ayer.
La intimidad es apacible,
como jardín en tarde de estío,
es un canto al amor,
a la naturaleza, es vida.
La claridad de la tarde
bañada por finos rayos de sol,
que son como cintas de oro,
coronan los años de soledad,
de triste y larga espera.
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