jueves, 25 de enero de 2018

ETERNA ESCLAVITUD


Desde los albores de la historia la iglesia, en concomitancia con el poder político, ha sido un martillo para aturdir al pueblo a través del miedo a lo ignoto. Ha moldeado a la gente a su antojo y maña, les ha cegado con la estupidez y el miedo. Les ha convertido en entes manejables y sumisos. Para que les saquen el jugo, los mastiquen y los devoren.

Hoy ocurre exactamente lo mismo, el empresariado ha inoculado en el individuo el virus del consumismo y la tecnología. Lo ha convertido en esclavo consumista y nomofóbico, unos perfectos idiotas, como lo pronosticó Albert Einstein. El hombre ha sido adaptado por completo a quienes dirigen, actúa conforme le manden, sin reflexionar ni preguntar por qué.

Así nadie reclama. Tibias protestas, alguna escaramuzas y vandalismo que a nada conducen. En tanto, el 1 % más rico se ha quedado con el 82 % de la riqueza producida el 2017. Los 17 millones de chilenos deben conformarse con las migajas del 18 % restante. ¡Vaya país equitativo y solidario! ¿Vendrán tiempos mejores? En la tierra, per secula seculorum, habrá dos tribus irreconciliables: Los rico y los pobres.

"Antes de irme al seno de la tierra espero un guiño de igualdad. Pero, para avanzar hay que alumbrar la vida con la luz de la razón".




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