La vida es ajena.
Si nos perteneciera
no nos daríamos la
molestia de fenecer.
Nada nos pertenece.
Disfrutamos de cosas
en tanto estamos vivos.
No somos dueños de nada.
Vivimos de lo que provee
la naturaleza y la tierra.
El aire, el sol, la luna,
lo vemos pero no es nuestro.
¡Nada nos pertenece!
Nada somos. Somos parte
de todo y de la nada, como
somos nada y nada es nada,
simplemente: ¡No somos!
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