Franz Schubert, nace en Viena el 31 de enero de 1797, muere el 19 de noviembre de 1828. Fue un compositor austríaco, considerado el introductor del romanticismo musical y la forma breve característica pero, a la vez, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven. Fue un gran compositor de lieder (breves composiciones para voz y piano, antecesor de la canción moderna), así como de música para piano, de cámara y orquestal.
Su música no fue reconocida durante su vida, recién a partir de fines del siglo XIX su música suena con más frecuencia. Siempre estuvo a la sombra de Beethoven, solo se dice que su música es bella, pero no encontró ninguna orquesta que la tocara. Su música está repleta de tristeza. "No existe música alegre".
Es un gran cantante, ingresa en el Stadtkonvikt, la escolanía de la Catedral de Viena, institución que le becaba y tuvo oportunidad de tener como maestro a Antonio Salieri. Aquí se reveló su necesidad de componer, sus primeras piezas fueron interpretadas por la orquesta de los discípulos de Stadtkonvikt, de la que Shubert era violinista.
En 1814 es una época de creatividad para Shubert, ya que conoce a su primer amor, Therese Grob. Estrena la Misa en la mayor con Theresa como soprano. En estos años ven la luz sus primeras obras maestras, como el lied El rey de los elfos, inspirado en un poema de Goethe, uno de sus escritores más frecuentado.
Abordó con insistencia el género de la ópera, pero bien por la debilidad de los libretos escogidos o por su propia falta de aliento dramático, nunca consiguió destacar. Sus óperas, entre las que se suelen citar Los amigos de Salamanca, Alfonso y Estrella, La guerra doméstica y Fierabrás, continúan siendo la faceta menos conocida de su producción. Sí sobresalió en la lied. Durante 1815 y 1816 compuso más de 150 lieder, la mayoría de gran calidad.
Shubert no pudo estrenar ni publicar ninguna de sus obras operísticas u orquestales. Durante sus últimos años escribió piezas magistrales, fruto y reflejo de sus experiencias personales, con el sello inconfundible de su inspiración melódica. La Wanderer-Fantasie, para piano (1822), La bella molinera (1823), La muerte y la doncella (1824). Por aquel entonces Schubert tenía 31 años, acababa de matricularse para estudiar fuga, pero un fuerte gonorrea complicada con una fiebre tifoidea, le condujo a la muerte.
Su música no fue reconocida durante su vida, recién a partir de fines del siglo XIX su música suena con más frecuencia. Siempre estuvo a la sombra de Beethoven, solo se dice que su música es bella, pero no encontró ninguna orquesta que la tocara. Su música está repleta de tristeza. "No existe música alegre".
Es un gran cantante, ingresa en el Stadtkonvikt, la escolanía de la Catedral de Viena, institución que le becaba y tuvo oportunidad de tener como maestro a Antonio Salieri. Aquí se reveló su necesidad de componer, sus primeras piezas fueron interpretadas por la orquesta de los discípulos de Stadtkonvikt, de la que Shubert era violinista.
En 1814 es una época de creatividad para Shubert, ya que conoce a su primer amor, Therese Grob. Estrena la Misa en la mayor con Theresa como soprano. En estos años ven la luz sus primeras obras maestras, como el lied El rey de los elfos, inspirado en un poema de Goethe, uno de sus escritores más frecuentado.
Abordó con insistencia el género de la ópera, pero bien por la debilidad de los libretos escogidos o por su propia falta de aliento dramático, nunca consiguió destacar. Sus óperas, entre las que se suelen citar Los amigos de Salamanca, Alfonso y Estrella, La guerra doméstica y Fierabrás, continúan siendo la faceta menos conocida de su producción. Sí sobresalió en la lied. Durante 1815 y 1816 compuso más de 150 lieder, la mayoría de gran calidad.
Shubert no pudo estrenar ni publicar ninguna de sus obras operísticas u orquestales. Durante sus últimos años escribió piezas magistrales, fruto y reflejo de sus experiencias personales, con el sello inconfundible de su inspiración melódica. La Wanderer-Fantasie, para piano (1822), La bella molinera (1823), La muerte y la doncella (1824). Por aquel entonces Schubert tenía 31 años, acababa de matricularse para estudiar fuga, pero un fuerte gonorrea complicada con una fiebre tifoidea, le condujo a la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario