martes, 28 de agosto de 2018

MIGUEL DE CERVANTES


Miguel de Cervantes y Saavedra nace en Alcalá de Henares, España, el 29 de septiembre de 1547, muere en Madrid el 22 de abril de 1616. Novelista, poeta y dramaturgo español. Autor de Don Quijote de la Mancha, 1605-1615, obra cumbre de la literatura universal. Un libro inmortal que parte de la parodia del género caballeresco, para trazar un maravilloso retrato de los ideales y prosaísmo que cohabitan en el espíritu humano.

Fu hijo de un modesto médico, Rodrigo de Cervantes, vivió una infancia marcada por los problemas económicos de su familia, que en 1551 se trasladó a Valladolid, a la sazón sede de la corte, en busca de mejor fortuna. Allí inició sus estudios, probablemente en un colegio jesuita. Cuando la corte se traslada a Madrid, la familia Cervantes hizo lo propio, siempre a la espera de un cargo lucrativo. La formación de Cervantes, aunque extensa, fue improvisada. Al parecer frecuentó las Universidades de Alcalá de Henares y Salamanca, puesto que en sus textos aparecen descripciones de la picaresca  estudiantil de la época. 

En 1569 sale de España, y se instaló en Roma, ingresa a la milicia, en la compañía de don Diego de Urbina, con la que participa en la batalla de Lepanto (1571), en este combate naval contra los turcos, es herido en su mano izquierda que le quedó anquilosada. Regresa a España, tras largos años de guarnición en Cerdeña. Nápoles, Lombardía y Sicilia, donde adquirió gran conocimiento de la literatura italiana.

Tras once años de ausencia, encontró en penosa situación a su familia, por lo que realizó encargos para la corte. En 1585 publica su novela pastoril La Galatea. En 1587 acepta un puesto de comisario real de abastos, que le permitió entrar en contacto con el pintoresco mundo campesino que tan bien reflejaría en el Quijote. La primera parte del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, apareció en 1605. El éxito de este libro fue inmediato y considerable, pero no le sirvió para salir de la miseria.

La fama que le dio el Quijote solo sirvió a Cervantes para publicar otras obras que ya tenía escritas: los cuentos morales de las Novelas ejemplares, el Viaje del Parnaso y las Comedias y entremeses. En 1615, meses antes de su muerte, envió a la imprenta el segundo tomo del Quijote, con lo que quedaba completa la obra. La grandeza del Quijote no debe ocultar el resto de su producción literaria, entre la que destaca la novela itinerante Los trabajos de Persiles y Sigismunda, su auténtico testamento literario.


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