Prisionero del tiempo,
de mis viejos amores,
de aquellos recuerdos
que causan dolores.
De esa lejana niñez
y juventud del pasado,
cuando todo era placidez
en ese tiempo añorado.
Prisionero de una niña
que despertó mis sueños
con las uvas de la viña,
viejos ecos halagüeños.
Amor inolvidable
de un lejano ayer,
de un otoño agradable
de besos escondidos.
Cautivo de la soledad
y de la mujer más bella,
solo en mi orfandad
de vida sin amor, sin ella.
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