El hombre, desde tiempo pretérito, viene maltratando la Tierra, ha depredado su flora y fauna, no solo para su subsistencia personal y familiar, sino con un fin puramente económico.
Muchas especies de animales terrestres, cruelmente tratadas, se extinguieron por obra y gracia del hombre. Pronto acabará también, con las especies marítimas, que ya van escaseando debido a una indiscriminada extracción. Todo sea por el éxito y codicia del individuo.
Historia que está llena de errores, algunos bastante tontos. El Homo Sapiens, tal vez motivado por la necesidad económica y el crecimiento ha hecho, desde sus inicios, la vida cada vez más alienante y difícil. No tiene un instinto de cooperación en masa, rara vez igualitaria, todo lo hace per se, por su egoísmo individualista. Porque la cooperación solo se ha usado para la opresión y explotación.
La Historia la ha hecho muy poca gente. El noventa por ciento de la población humana ha hecho las obras, ha construido las ciudades, ha ido a la guerra y siempre ha debido trabajar arduamente.
Historia que está llena de errores, algunos bastante tontos. El Homo Sapiens, tal vez motivado por la necesidad económica y el crecimiento ha hecho, desde sus inicios, la vida cada vez más alienante y difícil. No tiene un instinto de cooperación en masa, rara vez igualitaria, todo lo hace per se, por su egoísmo individualista. Porque la cooperación solo se ha usado para la opresión y explotación.
La Historia la ha hecho muy poca gente. El noventa por ciento de la población humana ha hecho las obras, ha construido las ciudades, ha ido a la guerra y siempre ha debido trabajar arduamente.
Con la tecnología todo está a mano, al instante nos comunicamos y nos enteramos de lo que sucede en el Orbe. Esto no significa mayor conocimiento ni que estemos mejor informados, si no hacemos un uso inteligente de ella.
Atrapados por teléfonos móviles y redes sociales, nos hemos convertido en parásitos, vulgares idiotas. Como la gente no lee, ha perdido la capacidad de análisis, de comprensión y retención; de pensar con altura de miras.
Hemos acelerado e hipotecado la vida, al punto que nuestros días son más ansiosos y agitados. ¿Es sano y lícito vivir así, esclavos del sistema: del consumismo, atrapados por créditos y deudas de nunca acabar?
¡Me temo que no! Porque no disfrutamos la vida, ni los bienes que nos entrega la naturaleza, y tampoco gozamos plenamente de una mejor vida familiar. ¡Lamentable!
Atrapados por teléfonos móviles y redes sociales, nos hemos convertido en parásitos, vulgares idiotas. Como la gente no lee, ha perdido la capacidad de análisis, de comprensión y retención; de pensar con altura de miras.
Hemos acelerado e hipotecado la vida, al punto que nuestros días son más ansiosos y agitados. ¿Es sano y lícito vivir así, esclavos del sistema: del consumismo, atrapados por créditos y deudas de nunca acabar?
¡Me temo que no! Porque no disfrutamos la vida, ni los bienes que nos entrega la naturaleza, y tampoco gozamos plenamente de una mejor vida familiar. ¡Lamentable!
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