jueves, 6 de diciembre de 2018

RELIGIONES



En la antigüedad había muchas creencias religiosas y dioses en los diferentes poblados existentes. Con el tiempo, los seguidores politeístas se apartaron de la concepción politeísta básica. Empezaron a creer que su dios era único y el poder supremo del universo. Consideraron que poseía intereses y prejuicios, y pensaron que podían pactar con Él

Así fue como nacieron las religiones monoteístas, sus seguidores imploraban a este poder supremo por ayuda, sanación  de sus enfermedades y que consiguieran ganar la guerra. La primera religión monoteísta aparece en Egipto, hacia 1530 a.C. Cuando el faraón Akenatón declaró que el dios Atón, era el poder supremo que gobernaba el universo. Pero su posición religiosa no tuvo éxito. Después de su muerte, el culto a Atón fue abandonado a favor de los antiguos dioses del panteón.

El judaísmo argumentaba que el poder supremo del universo tiene intereses y prejuicios, pero que Su interés principal era la minúscula nación judía, en la oscura tierra de Israel. El judaísmo tenía poco que ofrecer a otras naciones, y a lo largo de la mayor parte de su existencia no ha sido una religión misionera. Esta etapa puede llamarse la fase de "monoteísmo local".

El cambio, el gran avance llega con el cristianismo. Fe que se inicia como una secta judía esotérica que intentaba convencer a los judíos de que Jesús de Nazaret era el mesías tanto tiempo esperado. Pablo de Tarso, uno de los primeros líderes de la secta,  razonaba que si el poder supremo tiene intereses y prejuicios, y si Él se había hecho carne y morir en la cruz para la salvación de la humanidad, entonces era algo que todos debían conocer, no solo los judíos. Había que extender esta buena nueva acerca de Jesús por todo el mundo.

El éxito de los cristianos sirvió de modelo para otra religión monoteísta, que apareció en la península Arábiga en el siglo VII: el Islam. Que empezó como una pequeña secta en un remoto lugar del mundo, pero en un giro histórico más extraño y rápido logró salir de los desiertos de Arabia y conquistar un inmenso imperio que se extendía desde el océano Atlántico hasta la India.

Los monoteístas son mucho más fanáticos que los politeístas. Una religión que reconoce la legitimidad de otras creencias implica o bien que su dios no es el poder supremo del universo, o bien que ha recibido de Dios solo parte de la verdad universal. Los monoteísta se han visto obligados a desacreditar a todas las demás religiones. A lo largo de los últimos dos milenios, los monoteístas han intentado fortalecer su poder exterminando con violencia toda competencia.

"La religión es producto de la debilidad humana" (Albert Einstein)

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