martes, 15 de enero de 2019

VANDALISMO CULTURAL


Vivimos en una sociedad mediocre, a diario vemos locales comerciales, fachadas de casas y edificios públicos que, recién pintados, aparecen rayados con graffitis (dudoso arte), que se realizan con la complicidad de las sombras de la noche. Por tanto, no hay responsables y no tienen castigo.

Vagones del metro, recién llegados, son pintados al amparo de la soledad de las estaciones, un daño que representa un costo para la empresa, sin que se encuentre a los culpables. ¿Anarquismo? ¿Artistas frustrados? ¿Incultura? ¿Resentidos sociales?


Cuando hay marchas estudiantiles, de trabajadores o culturales, siempre aparecen encapuchados que se dedican a rayar fachadas, quemar neumáticos (contaminando), romper bienes públicos y privados, saquear negocios. Dañar por dañar lo ajeno, la idea es provocar caos y desorden.

Lamentablemente nunca se toma detenidos a estos delincuentes, quedando en la impunidad y libres para volver a cometer los mismos ilícitos. Las leyes para castigar estos actos son blandas, no obligan a reparar el mal causado, ya sea con cárcel o económicamente. Mientras esto no cambie, seguiremos viviendo en ciudades donde no se respeta el patrimono.

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