Del pasado ya no queda nada,
solo la memoria y mi historia.
Los padres ya no están ...
partieron también los amigos.
Vivo el tiempo del fin
en la soledad de los años,
atrás quedaron los sueños
y la rebeldía de la juventud.
Pasan lentos los días ...
la lectura es fiel compañía
de mis tardes, viajo a través
de los libros a otros mundos.
No quiero pensar en nada,
no vale la pena, ¿para qué?
si ya conocemos donde vamos,
hay que vivir bien cada día.
Respirar la libertad ...
ahora que ya no estamos
atados a normas ni deberes,
felices de lo que somos y tenemos.
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