La mejor hora del día
es el atardecer, cuando
comienza a oscurecer
y abandonamos tareas.
Un momento de paz
y abandono del alma,
nostalgia y recuerdo
se citan en la mente.
Beber un poco de vino
ayuda para relajarse,
y pensar el mañana
sin omitir la memoria.
Atardecer de sueños,
de ecos de ese pasado
de amores inconclusos
perdidos en el camino.
Atardecer otoñal,
el ocaso de mi vida.
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