lunes, 1 de abril de 2019

SERGIO III


Sergio III Papa de la iglesia católica de enero de 904 hasta 14 de abril de 911. Reinó durante un período de violencia feudal y desorden en el centro de Italia, cuando las facciones aristocráticas enfrentadas trataron de utilizar los recursos militares del papado.

Debido a que habría ordenado el asesinato de sus predecesores inmediatos: León V y Cristóbal, y supuestamente ser el único papa en tener un hijo ilegítimo, que mas tarde se convertiría en papa, Juan XI, su pontificado ha sido descrito como "Triste y lamentable" y "Deficiente y despiadado".

A Sergio lo consagró Obispo de Caere el papa Formoso, a la muerte de este, Sergio dejó de ser obispo, ya que todas las ordenaciones conferidas por este fueron declaradas sin efecto. Aunque su ordenación como obispo fue confirmada mas tarde por Teodoro II. Sergio III participó activamente en el llamado Concilio Cadavérico que condenó a Formoso.

                                                        Concilio Cadavérico

Confirmado su apoyo a la facción anti-Formoso, Sergio honró al asesinado Esteban VI (896-897), responsable del "Concilio Cadavérico" que condenó y mutiló el cadáver de Formoso, y mando escribir un epitafio laudatorio en su lápida.

Gran parte del pontificado de Sergio ha sido difamado a lo largo de la historia, principalmente a través del informe de su carácter y el Estado de Roma durante su gobierno por Liutprando de Cremona. Su recuento del período fue notable por el surgimiento de lo que los historiadores papales del siglo XIX vieron como una "pornocracia" o "gobierno de las rameras", una inversión del orden natural, según el Liber Pontificalis y un cronista cuyo punto de vista estaba sesgado en contra de Sergio III.

La pornocracia fue una época en la que las mujeres ostentaron el poder en Roma: Teodora a quien Liutprando describió como "puta descarada que ejerce el poder sobre la ciudadanía romana como un hombre", y su hija Marozia, madre de Juan XI y amante de Sergio III. César Baronio, historiador del Siglo XVI, basándose en Liutprando, fue particularmente mordaz, describiendo a Sergio como "Un desgraciado, digno de la cuerda y el fuego, las llamas no podrían causar a este monstruo detestable el sufrimiento por los castigos que merece".

Es imposible creer que tal papa fuera alguien legítimo. 

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