Viejos pensionados chilenos, cobrando míseras pensiones después de haber trabajado toda la vida. Se habla mucho de mejorar sus ingresos, es tema recurrente de campañas políticas, donde los candidatos ofrecen el oro y el moro, ofertones populistas para conquistar los votos de los cándidos e ilusos viejos. Un tema de nunca acabar, porque finalmente nada se arregla y los ancianos siguen en el desamparo y la pobreza.
El gobierno ofrece una Reforma de pensiones, se ofrece un aumento para mejorar la calidad de vida de los viejos, proyectos que son enviados al Congreso para una larga tramitación, porque no importa mucho la situación que viven los pensionados y que necesitan soluciones rápidas. Muchos mueren y otros morirán esperando la mejoría de sus ingresos.
¿Que ofrece el ejecutivo? Un miserable aumento de $ 10.000 a las pensiones más bajas, que no soluciona nada, ni siquiera alcanza para comprar un bidón de gas de 15 kilos. ¿Esto es justicia social? ¿Esta es la "cacareada" preocupación del Estado por quienes requieren un mejor pasar en sus últimos días?
Sin embargo, los dueños de las AFPs, entidades privadas encargadas de manejar y hacer crecer los fondos de los cotizantes, lucran con estos miles de millones de dólares, prestándole dinero a los Grandes Empresarios, o invirtiendo en el extranjero. Si hacen una mala inversión: pierden los cotizantes, los dueños del dinero. Lo que se pierde no se vuelve a recuperar, porque si tenía 100 y pierde 50, aunque después con el tiempo vuelva a tener 100, jamás recuperó los 50 que no debería haber perdido, debería tener mucho más.
¿Habrá soluciones reales y a corto plazo para ese poco más de un millón de jubilados? ¡Vaya uno a saber!
¿Habrá soluciones reales y a corto plazo para ese poco más de un millón de jubilados? ¡Vaya uno a saber!
"Triste es la historia de vida de los ancianos chilenos que, en una una inmensa mayoría, no tuvieron grandes remuneraciones salariales en su etapa laboral".
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