Compañeros y compatriotas, trabajadores y pueblo de Chile: con pesar veo que aún no se han abierto las Grandes Alamedas en nuestro país. La gente, mi pueblo, sigue sufriendo el abuso y explotación de autoridades, empresarios y parlamentarios. Tienen una sociedad frustrada en sus legítimas aspiraciones de desarrollo. Una sociedad dividida: una minoría muy rica, dueña de todo, que niega a la mayoría de las familias el derecho a trabajos bien remunerados, pensiones dignas, educación gratuita, una salud eficaz y solidaria, y hasta las mismas esperanzas de un futuro mejor. Sepan que la gente, el pueblo, es más importante que la economía neoliberalista que tiene nuestro país.
No basta que todos tengan los mismos derechos según la Constitución, es necesario que la Constitución cautele que estos derechos sean respetados a todos por igual. El trabajador tiene que ser dueño de su esfuerzo, de sus cotizaciones para tener una vejez sin sobresaltos. Los dirigentes y los partidos políticos deben ser responsables, no pueden hacer uso de la demagogia con promesas que no cumplirán y después le den vuelta la espalda a sus electores. Tengo motivos para pensar que Chile vive sumido en la estupidez. Drogado por la mentira, adormecido por la farándula, los matinales, razón por la cual están carentes de cultura y de pensamiento lógico.
El pueblo no debe dejarse avasallar, no puede humillarse a los designios del perverso Gran Poder, de la fronda canallesca y dorada que es la derecha que vive en Versalles, porque ésta jamás le ha dado nada al pueblo. Tienen que hacer uso de vuestra única arma: Vuestra voz, y esta tiene que ser enérgica, fuerte y clara, para reclamar vuestros derechos sin violencia, porque esta no conduce a nada. Ustedes son dueños de su historia, tienen que saber conquistarla y cuidar que no se las borren de un plumazo, como hizo el traidor de Pinochet, y la derecha, con todos los logros que habíamos conseguido tras años de lucha, persecución y sangre. Tienen que hacer aterrizar a este gobierno, que ponga los pies sobre la tierra y se de cuenta de que hay millones de personas que lo están pasando mal.
Tienen que construir un futuro digno, independiente y libre. Materializar lo que Chile y su gente se merece, y para eso tienen que despertar, levantarse y salir a las calles a luchar para reivindicar vuestras aspiraciones económicas y sociales. Encontrarán muchas dificultades, pero deben saber sortearlas con serena entereza y viril energía. La derecha les hará creer que ustedes no tienen la razón, defiéndanse de ellos y del poder económico pues son un rival duro de vencer.
La globalización ha sido un lastre. Hombres y mujeres de todo el mundo están siendo esclavizados, no hay respeto por los valores humanitarios. Espero que sepan escuchar, y presten oído a estos consejos, no olviden que siempre fui leal al pueblo y procuré lo mejor para ustedes, lamentablemente la historia se escribió con sangre aquel 11 de septiembre, y durante la Dictadura.
"Pero tengo confianza que el mañana será del pueblo: del campesino, del obrero, del pescador, del pirquinero, será de todos los trabajadores".
No hay comentarios:
Publicar un comentario