JOSÉ ZORRILLA

José Zorrilla nace en Valladolid, España el 21 de febrero de 1817, muere en Madrid el 23 de enero de 1893. Poeta y dramaturgo español, autor del drama romántico Don Juan Tenorio. Hijo de un padre conservador y absolutista, y de una madre piadosa. Después de vivir varios años en Valladolid, la familia se traslada a Burgos, donde su padre es nombrado gobernador; tras una estancia en Sevilla, cuando tiene nueve años, se establecen en Madrid, donde su padre trabaja como alcalde de casa y corte y superintendente de policía. 

Ingresa en el Seminario de Nobles, regentado por los jesuitas, allí participó en representaciones teatrales escolares y aprendió italiano. Muerto Fernando VII, su padre furibundo absolutista fue desterrado a Lerma. Él fue enviado a estudiar derecho a la Real Universidad de Toledo bajo la vigilancia de un pariente canónigo, sin embargo se distraía en otras ocupaciones y dejaba de lado sus libros de derecho. Fue devuelto a Valladolid, fue amonestado por su padre. El carácter impuesto por los estudios y su atracción por el dibujo, las mujeres y la literatura de autores como Alejandro Dumas, Víctor Hugo, el Duque de Rivas y Espronceda arruinaron su vida como leguleyo.

Su padre no desistió de sacar algo de su vida, y lo mandó a cavar viñas a Lerma, a mitad de camino robó una yegua a un primo, en 1836, y huyó a Madrid, iniciándose en su quehacer literario frecuentando los ambientes artísticos y bohemios de Madrid, junto a su connatural Miguel de los Santos Alvarez. Se fingió artista italiano para dibujar en el Museo de las Familias, publicó algunas poesías en El Artista y pronunció discursos revolucionarios en el Café Nuevo, terminando siendo perseguido por la policía. Se refugió en la casa de un gitano.

Comienza a escribir para los periódicos El Español y en El Porvenir, llegando a cobrar un sueldo de seiscientos reales, frecuenta la tertulia de El Parnasillo y leyó poemas en El Liceo, fue redactor de El Entreacto, publicación de crítica teatral. En 1837 aparece su primer libro Poesías, con un prólogo de Nicomedes Pastor Díaz. Escribe su primer drama en colaboración con García Gutiérrez, Juan Dándolo, estrenado en 1839 en el Teatro del Príncipe. En 1840 Los Cantos del Trovador y estrena tres dramas: Más vale llegar a tiempo, Vivir loco y morir más y Cada cual con su razón. En 1842 aparecen sus Vigilias de Estío, y da a conocer sus obras teatrales El zapatero y el Rey, El eco del torrente y Los dos virreyes. En 1843 recibe del gobierno español la cruz supernumeraria de la Real y Distinguida Orden de Carlos III. 

Tras el gran éxito de Don Juan Tenorio, concebida una noche de insomnio, y escrita en veintiún días, en 1845 abandona a su mujer, quince años mayor que él, y huye a Francia y luego a México. A la muerte de su madre, en 1846, regresa a Madrid. De vuelta en París, imprimió en la Casa Baudry dos tomos de Obras de Zorrilla: Obras poeticas y Obras dramáticas. Allí mantuvo amistad con Alejandro Dumas, Alfred de Musset, Víctor Hugo, Théophile Gautier y George Sand. En 1849 recibió varios honores, fue hecho miembro del recién fundado Teatro Español, El Liceo organizó una sesión para exaltarle públicamente y la Real Academia lo admitió en su seno.

En 1852 la Casa Baudry imprimió su tercer tomo de Obras poéticas y dramáticas. Viaja a Londres, con sus inseparables apremios económicos, compone su famosa Serenata morisca en honor de Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Se marcha a México, donde vive once años de su vida. Llegó a Veracruz en 1855, pasa varias temporadas en el Valle de Apan. Después bajo el mecenazgo del emperador Maximiliano I, con la interrupción de un año, 1858, que pasó en Cuba, comienza a padecer ataques de epilepsia que le acompañarán el resto de su vida.

Cultivó todos los géneros poéticos: la lírica, la épica y la dramática. De su carácter se dice que era ingenuo como un niño, bondadoso y amigo de todos, ignorante del valor del dinero y ajeno a la política. Era muy orgulloso de su independencia. En versos que recuerdan a los de Antonio Machado, confesó que a su trabajo lo debía todo, y rechazó lucrativos cargos públicos por no sentirse preparado.