El siglo XX comenzó con una gran crisis económica e inestabilidad política. Hubo un período de prosperidad comercial propiciado por la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial, pero la sucesión de crisis gubernamentales, la marcha desfavorable de la guerra del Rif, que se agudizó como consecuencia de la oposición tribal autóctona al Protectorado español de Marruecos, la agitación social y el descontento de parte del ejército, desembocaron en el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923. Estableció una dictadura militar que fue aceptada por gran parte de las fuerzas sociales y por el propio rey Alfonso XIII. Durante la dictadura se suprimieron libertades y derechos, lo que sumado a la difícil coyuntura económica y el crecimiento de los partidos republicanos, hicieron la situación cada vez más insostenible. En 1930 Primo Rivera presentó su dimisión al rey y se marchó a París, donde murió al poco tiempo. Le sucedió en la jefatura del Directorio el general Dámaso Berenguer y después, por breve tiempo, el almirante Aznar. Este período es conocido como la "dictablanda".
Decidido a buscar una solución a la situación política y establecer la Constitución, el rey propició la celebración de elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Las que dieron una rotunda victoria a las candidaturas republicano-socialistas en las grandes ciudades y capitales de provincia, si bien el número de concejales era mayoritariamente monárquico. Las manifestaciones organizadas exigiendo la instauración de una república democrática llevaron al rey a abandonar el país y a la proclamación de la misma el 14 de abril de ese mismo año. Durante la Segunda República se produjo una gran agitación política y social, marcada por una acusada radicalización de izquierdas y derechas. Durante los dos primeros años gobernó una coalición de partidos republicanos y socialistas. En las elecciones de 1933 triunfó la derecha, y en 1936 la izquierda. Los actos violentos de esta época incluyeron la quema de iglesias, la sublevación monárquica del militar José Sanjurjo, la Revolución de 1934 y numerosos atentados contra lideres políticos rivales. Es durante la segunda república cuando se inician importantes reformas para modernizar el país: Constitución democrática, reforma agraria, reestructuración del ejército, primeros Estatutos de Autonomía y se amplían los derechos de los ciudadanos como el reconocimiento del derecho a voto de las mujeres, instaurándose el sufragio universal.
El 17 y 18 de julio de 1936, se sublevaron contra el gobierno de la República las guarniciones militares del África española, golpe de Estado que solo triunfó en parte del país. España quedó dividida en dos zonas, una bajo la autoridad del gobierno republicano, en la que se produjo la Revolución social de 1936 y la otra controlada por los sublevados. La situación desembocó en la Guerra Civil Española, en la que el general Francisco Franco fue investido jefe supremo de los sublevados. El apoyo alemán de Hitler e italiano de Mussolini a los sublevados, más firme que el soporte soviético de Stalin y mexicano de Lázaro Cárdenas a los republicanos, y los continuos enfrentamientos entre las distintas facciones republicanas, entre otras razones, desembocaron en la victoria de los franquistas el 1 de abril de 1939.
Francisco Franco Bahamonde
Con la victoria de Franco se instauró un régimen dictatorial. Hubo una fuerte represión sobre los vencidos que obligó al exilio de miles de españoles, condenó a otros tantos a la muerte o al encarcelamiento. El apoyo de España a las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, la condujo a un aislamiento internacional de carácter político y económico. Sin embargo, el anticomunismo de España durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética y sus respectivos aliados, el régimen franquista fue tolerado y finalmente reconocido por las potencias occidentales. En 1968, Franco concedió la independencia a la Guinea española y al año siguiente nombró a Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, como su sucesor a título de rey. España experimentó un desarrollo industrial y económico muy importante entre los años 60 y 70.
Proclamación de Juan Carlos I
Francisco Franco Bahamonde murió el 20 de noviembre de 1975, dos días después Juan Carlos I fue proclamado rey. Se abrió entonces un período conocido como transición a la democracia, y Adolfo Suárez fue nombrado presidente del Gobierno por el rey y consiguió aprobar la Ley para la Reforma Política en las Cortes franquistas. En 1977 se celebraron elecciones democráticas. En 1978 se promulgó la Constitución española que estableció un Estado social y democrático de derecho con la monarquía parlamentaria como forma de gobierno.
Decidido a buscar una solución a la situación política y establecer la Constitución, el rey propició la celebración de elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Las que dieron una rotunda victoria a las candidaturas republicano-socialistas en las grandes ciudades y capitales de provincia, si bien el número de concejales era mayoritariamente monárquico. Las manifestaciones organizadas exigiendo la instauración de una república democrática llevaron al rey a abandonar el país y a la proclamación de la misma el 14 de abril de ese mismo año. Durante la Segunda República se produjo una gran agitación política y social, marcada por una acusada radicalización de izquierdas y derechas. Durante los dos primeros años gobernó una coalición de partidos republicanos y socialistas. En las elecciones de 1933 triunfó la derecha, y en 1936 la izquierda. Los actos violentos de esta época incluyeron la quema de iglesias, la sublevación monárquica del militar José Sanjurjo, la Revolución de 1934 y numerosos atentados contra lideres políticos rivales. Es durante la segunda república cuando se inician importantes reformas para modernizar el país: Constitución democrática, reforma agraria, reestructuración del ejército, primeros Estatutos de Autonomía y se amplían los derechos de los ciudadanos como el reconocimiento del derecho a voto de las mujeres, instaurándose el sufragio universal.
El 17 y 18 de julio de 1936, se sublevaron contra el gobierno de la República las guarniciones militares del África española, golpe de Estado que solo triunfó en parte del país. España quedó dividida en dos zonas, una bajo la autoridad del gobierno republicano, en la que se produjo la Revolución social de 1936 y la otra controlada por los sublevados. La situación desembocó en la Guerra Civil Española, en la que el general Francisco Franco fue investido jefe supremo de los sublevados. El apoyo alemán de Hitler e italiano de Mussolini a los sublevados, más firme que el soporte soviético de Stalin y mexicano de Lázaro Cárdenas a los republicanos, y los continuos enfrentamientos entre las distintas facciones republicanas, entre otras razones, desembocaron en la victoria de los franquistas el 1 de abril de 1939.
Francisco Franco Bahamonde
Con la victoria de Franco se instauró un régimen dictatorial. Hubo una fuerte represión sobre los vencidos que obligó al exilio de miles de españoles, condenó a otros tantos a la muerte o al encarcelamiento. El apoyo de España a las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, la condujo a un aislamiento internacional de carácter político y económico. Sin embargo, el anticomunismo de España durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética y sus respectivos aliados, el régimen franquista fue tolerado y finalmente reconocido por las potencias occidentales. En 1968, Franco concedió la independencia a la Guinea española y al año siguiente nombró a Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, como su sucesor a título de rey. España experimentó un desarrollo industrial y económico muy importante entre los años 60 y 70.
Proclamación de Juan Carlos I
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