Hablabas con dulzura,
tenías una sonrisa encantadora,
quedaba mudo al verte.
El corazón se me agitaba,
me ardía la piel cuando
me insinuabas un beso.
Amábamos y disfrutábamos,
te embelesabas con mis versos
y con el brote de las rosas.
Añoro ese cariño que se fue
con la puesta del sol,
se eclipsó la vida, como la luna,
pasó el tiempo, las estrellas fugases.
Solo el recuerdo de horas felices,
no he acabado de amarte,
amor que agita mis noches
que son oscuras y eternas.
Cuando se apague mi luz,
contigo en el pensamiento,
dormiré la noche infinita.
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