Has llegado a mi vida
dulce y silenciosamente,
tu alma se funde con la mía,
eres la finalidad del ocaso.
Es maravilloso sentirte presente,
privilegio que no puedo abortar
porque eres luz en mi camino.
Quiero sentir tus besos en mi piel
cuando la noche se inunde de pasión,
con caricias de frescura y encanto.
Nadie más dormirá en mis sueños.
Juntos, solo tu, yo y el tiempo.
Nada ni nadie podrá separarnos,
ni siquiera la muerte: ¡Alma mía!
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