Del verbo brota verso sereno
para seducir a una que quiero,
por ella mi pasión no tiene freno
y antes del adiós verla prefiero.
Amor que sufre, que daña,
martiriza, no hay armonía
en el alma, cómo se ensaña
la vida con mi cariño y porfía.
Del pecho brota un lamento
un llanto triste y silente,
tras ella se fue con el viento,
dolor y pena del penitente.
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