Me gustas cuando las lágrimas
bañan tus ojos, lágrimas de amor,
de penas contenidas que derramas
esas noches de vino y rosas.
Nunca he visto ojos como tus ojos,
ni cabellera negra tan brillante,
que por la vida ando de antojos
cuando no estás, perdida y ausente.
Siempre vas y vuelves,
te gusta sentirte querida en tanto
todo continúe entre vinos y rosas,
no alcanza mi paciencia ni encanto.
Tu con tus penas yo con mis tristezas,
inmortalizadas en versos de amor
y noches contigo en mis brazos,
mía, tan mía y tus verdes ojazos.
Es un amor a ratos, migajas,
que tomamos para saber que solo somos
pasión de noches de vinos y rosas,
solo eso ... ¡Y nada más!
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