La soledad siempre presente
está a la vuelta de la esquina,
de día, de noche, en el tiempo,
una fiel compañera, inseparable.
Tiene principio. Si tiene fin
no se el cómo, cuándo y dónde.
Está en la nebulosa, acaso mitología,
la verdad de eso no se ni de oída.
Al final es parte de uno,
terminamos aceptándola, tiene valor,
nos acompaña en nuestros desvaríos,
en nuestros lamentos, en penas de amor.
La soledad es creativa, inspiradora
de palabras con melodía y verso,
de tristes poemas, enternecedora,
parece que también hay amor en ella.
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