martes, 12 de abril de 2016

ABANDONO Y OLVIDO

Después del adiós solo
habrá una tumba olvidada,
un mármol frío y una placa,
un nombre sin luz ni movimiento.

Solo el sonido del arroyo
que corre a la vera del camposanto,
y da vida al recinto sombrío,
en la soledad no hay pena ni llanto.

Ya no se alzan los brazos,
ya no hay vítores ni bullicio
después de los triunfos,
solo paz, un cruel suplicio.

Aquí yace el pasado,
un despojo sin aliento de vida,
es el sepulcro y la última cita,
sin sol, sin amor, abandonado.

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