Como siempre vivo solitario
en un destierro auto generado,
era hora, de un nuevo vivir
que me impuse para escribir.
Todo quedó atrás, vida e historia,
adiós al amor, a los viajes,
a la nave del tiempo, a la memoria,
restarme del mundo y sus parajes.
Es la ansiada libertad
que busqué errante en las sombras,
un sueño que ve nuevas auroras,
limpias y cristalinas como las aguas.
De mi alma brota una lágrima
de alegría, por fin el sueño cumplido
atrás quedan, sin pesar ni lástima,
los errores y tropiezos del caído.
Que el cantor olvidado
escriba lo que no hizo en el pasado,
en su santuario, esa es su suerte
antes que se lo lleve la muerte.
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