Esclavitud
Hoy estamos condicionados por la tecnología, no tenemos conciencia de ser nosotros mismos. Vivimos manipulados, esclavos de aquello que nos condiciona, que nos arrebata la libertad. Que nos hace hablar de las mismas cosas, y nos induce, sutilmente, a acatar lo que el gran manipulador quiere.
El capitalismo impúdico llegó como la solución a todos los problemas existentes, a fin de mejorar las desigualdades que había en la sociedad. Pero solo consiguió hacer más grande la brecha entre la clase dominante -el poder económico- y la clase trabajadora.
Se promovió el consumismo, se dieron facilidades crediticias a diestra y siniestra, una panacea para aquellos que tenían carencias. La gente se embarcó en una carrera de consumo, para acceder a todo lo que anteriormente no tenía acceso. Sin darse cuenta que pasaba a ser esclava de un sistema que la esquilmaba, en beneficio del gran poder.
¿Es necesario cambiar el auto todos los años? ¿Es necesario cambiar los celulares cada tres o seis meses? ¿Es necesario cambiar el frío cada dos años, cuando el que tiene le puede servir diez? ¿No se dan cuenta que todo esto es vanidad, que no conduce a nada, y solo se traduce en una vida de sobresaltos, sin valores?
El que tiene que cambiar es el individuo. Pensar que él es importante, libre, que su espíritu no puede estar subordinado a lo que le vende el esclavista. Es una tarea que tienen que abordar las nuevas generaciones, ya que es su deber cambiar todo, y dejar de ser esclavos de aquellos que lo mantienen atrapado.
La política no tiene claridad ni honradez de transmitirle a la gente, que ellos no tienen el poder, que solo disputan cargos. Que el poder está fuera del gobierno y poderes del estado, y ese poder es el que conduce y maneja todo.
¡Le plus grand liberté nâit de le plus grande rigueur pour la veritè!
Se promovió el consumismo, se dieron facilidades crediticias a diestra y siniestra, una panacea para aquellos que tenían carencias. La gente se embarcó en una carrera de consumo, para acceder a todo lo que anteriormente no tenía acceso. Sin darse cuenta que pasaba a ser esclava de un sistema que la esquilmaba, en beneficio del gran poder.
¿Es necesario cambiar el auto todos los años? ¿Es necesario cambiar los celulares cada tres o seis meses? ¿Es necesario cambiar el frío cada dos años, cuando el que tiene le puede servir diez? ¿No se dan cuenta que todo esto es vanidad, que no conduce a nada, y solo se traduce en una vida de sobresaltos, sin valores?
El que tiene que cambiar es el individuo. Pensar que él es importante, libre, que su espíritu no puede estar subordinado a lo que le vende el esclavista. Es una tarea que tienen que abordar las nuevas generaciones, ya que es su deber cambiar todo, y dejar de ser esclavos de aquellos que lo mantienen atrapado.
La política no tiene claridad ni honradez de transmitirle a la gente, que ellos no tienen el poder, que solo disputan cargos. Que el poder está fuera del gobierno y poderes del estado, y ese poder es el que conduce y maneja todo.
¡Le plus grand liberté nâit de le plus grande rigueur pour la veritè!
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