Hemos tenido tantos sueños
y escaso tiempo de ventura,
los años pasaron para nosotros,
solo quedan sabores de amargura.
Las penas son largas, agitadas
horas aguardando por tí,
esperanzas, ilusiones y dudas
aguardando regreses a mí.
Fugaces encuentros, melancolía
constante, el alma doliente
y sensible, esperando la alegría
de esa juventud ardiente.
El peso de la soledad oprime,
vivo prisionero del pasado,
quiero que tu encanto me anime,
pues de tu amor no me he restado.
Que, de amores:
¡Siempre he suspirado por tí!
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