La vida es tal cual como la construimos, nada mas depende de nosotros, solo de nuestros deberes, de cuanto nos preparemos para vivirla, realizarnos y cumplir nuestras metas. Si éstas no las concretamos, si no llegamos a ser lo que habíamos planeado, tendremos temor a la muerte, por cuanto no cumplimos con nuestra tarea, con aquello que nos habíamos propuesto realizar.
La vida está llena de armonía, tenemos que saber adecuarnos e insertarnos a ella. Todo fluye matemáticamente, todos tenemos un lugar en ella, somos un engranaje de ella, por tanto no podemos fallar. Si lo hacemos, seremos materia desechable, nos limitaremos a una subsistencia anodina, seremos solo un peón del sistema, cualquiera sea este.
Vivir es un constante y continuo aprendizaje, tenemos que ser proactivos, perspicaces, estudiosos de cuanto nos rodea. Convivir con los demás, es una tarea difícil, porque no somos iguales, ni tenemos los mismos ideales, pensamos y razonamos diferente, no vemos las cosas, ni la vida misma, con los mismos ojos, ni tenemos la misma mirada del ámbito que nos rodea.
Vivir es una desafío, y antes los desafíos debemos ser audaces, actuar en consecuencia nuestra filosofía, no claudicar ante nada ni nadie, buscar el entendimiento, y el diálogo con buena voluntad, aplicando paciencia, prudencia y sabiduría. Cuando hayamos aprendido a conocernos, para saber qué somos, qué queremos y como queremos ser, estaremos en buen camino.
Aprendiendo a conocer a los demás, respetando lo que eran, lo que son, y lo que serán, sabremos que el aprendizaje no ha sido en vano. Inventemos un nuevo lenguaje, un idioma de entendimiento y no de enfrentamiento, el verbo del amor, la comprensión y de la solidaridad.
La vida está llena de armonía, tenemos que saber adecuarnos e insertarnos a ella. Todo fluye matemáticamente, todos tenemos un lugar en ella, somos un engranaje de ella, por tanto no podemos fallar. Si lo hacemos, seremos materia desechable, nos limitaremos a una subsistencia anodina, seremos solo un peón del sistema, cualquiera sea este.
Vivir es un constante y continuo aprendizaje, tenemos que ser proactivos, perspicaces, estudiosos de cuanto nos rodea. Convivir con los demás, es una tarea difícil, porque no somos iguales, ni tenemos los mismos ideales, pensamos y razonamos diferente, no vemos las cosas, ni la vida misma, con los mismos ojos, ni tenemos la misma mirada del ámbito que nos rodea.
Vivir es una desafío, y antes los desafíos debemos ser audaces, actuar en consecuencia nuestra filosofía, no claudicar ante nada ni nadie, buscar el entendimiento, y el diálogo con buena voluntad, aplicando paciencia, prudencia y sabiduría. Cuando hayamos aprendido a conocernos, para saber qué somos, qué queremos y como queremos ser, estaremos en buen camino.
Aprendiendo a conocer a los demás, respetando lo que eran, lo que son, y lo que serán, sabremos que el aprendizaje no ha sido en vano. Inventemos un nuevo lenguaje, un idioma de entendimiento y no de enfrentamiento, el verbo del amor, la comprensión y de la solidaridad.
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