Nos alejamos solo por un tiempo
con el alma cubierta de luto,
tus mejillas bañadas de llanto
no alcanzaron a borrar tu belleza.
Separación impuesta por la sinrazón
de normas y prejuicios mezquinos,
tenías que unirte a quien no amabas
guardando acongojados pensamientos.
Nos juramentamos no perder el amor,
que era centro de nuestros sentimientos,
no importa donde, ni en qué lugar
estuvieran nuestras huellas trasplantadas.
¡Adiós venturas, hasta siempre amor!
Nunca más volvimos a encontrarnos,
años después supe de tu separación,
pero no descubrí tu escondite sereno.
En la profundidad de mi espíritu
mora tu recuerdo, te veo tal cual te dejé,
deleitando mi ser con tu hermosura,
presente tu voz y la dulzura de tus besos.
De ciudad en ciudad, en tierras lejanas,
continúas siendo el sino de mi vida.
En el corazón, perfumado de ámbar,
llevo escrito tu nombre cubierto de oro.
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