para mi alma mortal?
Así como nace y muere el día,
lo mismo acaece con el hombre.
poco venturosa para el humano,
esquiva es la alegría,
odiosa y lenta la agonía.
He clamado tu nombre
a los cuatro vientos.
Te amé, te adoré, te busqué,
te pensé y te soñé siempre.
Te vi en todos mis sueños,
te deseé en todos mis delirios,
pasé los años con tus recuerdo,
viviendo tus besos y hechizos.
Querida, pasó ese tiempo
afortunado, cuando fuiste mía
una tarde gris, tu ausencia
ha teñido de soledad mi vida.
Presto a la partida
el adiós terminará mis males,
y me iré contigo, en silencio,
al sueño eterno del Olimpo.
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