martes, 12 de julio de 2016

CONFESIÓN

El poeta se rinde al alma
de aquella que caricias procura,
no es rico en bienes ni en fortuna,
le basta ingenio y pluma en su palma.

Anda tras los pasos del amor,
caminando una tarde en que Natura
le inspira a meditar en su dolor,
suerte a la que no se acostumbra.

Al pie de un chopo
deja su huella y escribe su nombre,
el sol en su lento ocaso
lo va escondiendo en las sombras.

Amor que seduce, que llama
y espera, Cupido lo brinda,
de amor se vive, respira y sueña,
pasión que busca vida en sus labios.

Rosa de alegre primavera,
rosa de la mañana, de la noche,
dile a ella que la quiero,
que en un verso lisonjero
confieso el amor a mi manera.

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