Francesco Petrarca, nació en Arezzo, el 20 de Julio de 1304; y fallece en Arquá, el 18 de Julio de 1374. Fue el poeta medieval que ejerció mucha influencia sobre sus congéneres, durante tres siglos después de su muerte.
Proveniente de una cuna de Notarios: su bisabuelo Garzo; su abuelo Parenzo; y su padre Pietro. Estudió derecho en Montpellier y Bolonia. Se dedica a la carrera eclesiástica, fue protegido por poderosas familias de la época, rechazando cargos en el entorno papal.
Vive en Milán, Padua y Venecia. Al final de su vida se radica en Arquá, una pequeña localidad en las colinas Eugáneas. Donde ordena y revisa su obra, llevando una vida austera y retirada.
Su obra inmortal se debe al Cancionero, un repertorio de 366 poesías, la mayoría sonetos, escritas en lenguaje vulgar. Muchas veces se ha caracterizado a Petrarca como el primer poeta moderno y precursor del humanismo.
En su juventud predomina en él su gran deseo de adquirir fama, lograr la gloria poética, de recibir la corona de laurel, como se hiciera en la Roma imperial, y como se había hecho en Padua, en 1315, con el poeta e historiador Albertino Mussato.
Cuando consiguió lo que tanto había ansiado, que la Roma eterna viera coronarse a un poeta, se dio cuenta que la fama promueve más envidia que admiración. Deseo de fama que cuando joven lo deleitaba, fue declinando en su madurez. Por ello escribió: El Triunfo del Tiempo sobre la Fama.
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