Prisionero de promesas
de una pasión de amor,
esclavo tuyo, con dolor
veo que te alejas.
Cuando sepas mis penas,
veras que estas tienen color
de tristezas, has herido el honor
y a fatigas me condenas.
¿Qué gracia tiene un amor sin destino?
Solo morir de a poco, lento, apenas
me resigno a su cruel desdén;
¡pobre de mi! triste es mi sino,
por amor arrastro cadenas
y desde tu partida, muero también.
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