Se marchó viejo y cano,
cumplió su ciclo de vida,
enseñanza y amor no se olvida,
se fue tranquilo y sereno.
Dejó ejemplo de trabajo
realizado hasta su ultimo suspiro,
fiel a su ideario, sin respiro
ni buscando excusa o atajo.
Vivió y triunfó, logro su deseo
como lo había planificado,
para la conquista de su meta;
con sus logros no tuvo mareo
ni su carácter se vio alterado,
padre bueno, severo, sin careta.
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