He sido lector de medio tiempo, desde niño me interesó leer. El primer Papelucho a los 7 años, El Principito, Corazón abrían la mente, me hacía soñar y viajar con la imaginación. De niño uno se ilusionaba con la heroína de una historieta, libro o cine.
El amor, siempre presente, un cuentos de hadas cuando niño, muy diferente al mundo de la realidad. He amado muchas veces. Siempre nos encantamos con alguien, está en la intimidad de nuestra alma. Creo que nos podemos enamorar más de una vez.
He escrito muchas cuartillas, la mayoría van a dar al canasto de la basura. Las que he guardado, con el tiempo van sufriendo cambios y correcciones. La lectura nos hace exigentes en lo que emprendemos.
Esperando que alguien lea un artículo, un poema o un soneto, porque he enviado mi corazón en ellos. Así es esta afición , una historia sin fin, un cuento de nunca acabar que finalmente tiene epílogo.
Caminando detrás de mi sombra reviviendo pasajes de mi vida, de dulce y agraz, una historia de encuentros y desencuentros, llena de matices, afanes y dolores. Que la reflejo en modestos escritos. En ocasiones, es bueno dejar que el espíritu se abandone al ritmo del tiempo.
Ser uno por sí, y para sí, en el silencio tangible de la soledad del ocaso. Porque nos queda emprender el último camino. Porque, la Muerte no es un acaso ni un misterio, la muerte convive con la vida, es ley de Natura y a ella nos subordinamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario