domingo, 21 de agosto de 2016

Te veo entre las estrellas
viajando con el tiempo,
más brillante que ellas,
tu luz la trae el viento.

Duermo, pero mi corazón
vela, te piensa, te sueña
en el silencio de la razón,
yaces hasta la mañana.

Apareces con gran lozanía,
de tu cuerpo mana un perfume
sutil, llenas de aromas el día,
con dulces toques de azahares.

Tu piel es firme y morena,
acaricio y beso tu vientre ondulado,
ritual de adoración del enamorado,
que no quiere poner fin a los besos.


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